Desde el punto de vista espiritual,
todo aspirante es un principiante.
En el momento en que quieres lograr
progreso constante y contínuo,
en ese momento eres un principiante eterno.
Desde el punto de vista espiritual, todo aspirante es un principiante. Un principiante es aquel que tiene el ímpetu interno para convertirse en algo aún más divino, aún más iluminador y aún más colmador. En el momento en que quieres progresar constantemente y contínuamente, en el momento en que quieres superarte a ti mismo y entrar en la vasta y eterna realidad, en ese momento te conviertes en un principiante eterno.
Si eres absolutamente un principiante, entonces puedes comenzar leyendo algunos libros espirituales. Estos te darán inspiración. Debes leer libros escritos por maestros espirituales por los que sientas fe implícita. Hay maestros que han logrado la más elevada conciencia y si lees sus libros te inspirarán. Es mejor no leer libros escritos por profesores, académicos o aspirantes que están todavía en el sendero y no han logrado la iluminación.Solamente aquellos que han realizado la Verdad tienen la capacidad de ofrecer la Verdad. De otro modo, es como un ciego guiando a otro ciego.
También es bueno el asociarse con personas que ya llevan meditando algún tiempo. Puede ser que estas personas no estén listas para enseñarte, pero podrán inspirarte. Aún si solamente te sientas cerca de ellas mientras meditan, inconscientemente tu ser interno derivará algún poder meditativo de ellas. No estás robando nada, sino que tu ser interno está recibiendo ayuda de ellas, sin tú saberlo externamente. Al principio no debes ni pensar acerca de la meditación. Sólo trata de reservar cierta hora del día en la cual tratarás de estar tranquilo y callado y sentir que esos cinco minutos pertenecen a tu ser interno y a nadie más. La regularidad es de suma importancia. Lo que necesitas es practicar regularmente a la misma hora.
Meditación: La Perfección del Hombre en la Satisfacción de Dios por Sri Chinmoy