En la meditación, nuestro objetivo es calmar la mente para que podamos experimentar nuestra verdadera naturaleza, que es divina. Cuando dejamos de identificarnos con nuestros pensamientos, el corazón, la mente y el cuerpo se unifican. Sentimos armonía dentro de nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. La meditación lo cambia todo para mejor. Con un poco de tiempo, paciencia y práctica, puedes ver cómo esto se hace realidad en tu vida.

La meditación es el antiguo arte de estar presente. Estar en este lugar en el ahora, el momento de disfrutar cada momento a medida que se desarrolla. Cuando dejamos de lado las preocupaciones sobre el pasado y el futuro, podemos vivir conscientemente de una forma más consciente. La meditación no es complicada ni difícil. La mayoría de nosotros hemos experimentado momentos de meditación en nuestras vidas: cuando nos sorprende un hermoso atardecer, cuando escuchamos música que nos llega al alma, cuando estamos inmersos en nuestra actividad favorita, entramos en la «zona de meditación”. La práctica consciente de la meditación simplemente requiere cierta disciplina y compromiso, como cualquier habilidad nueva.

Al principio, debemos aprender a controlar la mente y los ejercicios de concentración nos enseñan a hacer esto. Entrenamos la mente para mantener la concentración en un objeto en particular: podría ser el aliento, una vela, un mantra o una palabra inspiradora como «paz». De esta manera, ganamos algo de dominio sobre el flujo constante de pensamientos. Cuando la mente se tranquiliza, podemos experimentar la amplitud tranquila de un estado meditativo.

Si así lo eliges, puedes descansar en paz incluso en los días más ocupados. Todos los días, nos encontramos con minutos libres, esperando. Esperamos en las filas, en el tráfico, en el dentista. Por lo general, ocupamos este tiempo enviando mensajes de texto o soñando despiertos. En cambio, con intención, puedes transformar estos momentos en quietud, equilibrio y relajación, disfrutando de las cualidades de la mente de un meditador.

Te dejamos este audio para profundizar en tu interior, simplemente respira profundo y repite AUM.